miércoles, 25 de mayo de 2011

El amor en los tiempos de Facebook


El amor tiene sus tiempos, y también sus ritos. Desde nuestros ancestros, la sociedad ha establecido fórmulas para que cada paso (presentar la pareja a los amigos, a los padres, regalarle un anillo para que todo el mundo vea el compromiso) adquiera la importancia que se merece. Pero, ¿qué ocurre cuando las relaciones también se desarrollan en la Red?
Pues exactamente lo mismo, pero adaptado a los nuevos tiempos. Como cuenta Joanne Kenen en este artículo de Reuters, para los estudiantes norteamericanos Facebook se ha convertido en la principal forma de comunicar al mundo que han encontrado el amor. Entre ellos hablan de relaciones que son ‘Facebook-worthy’, es decir, lo suficientemente serias como para poder ser difundidas a los cuatro vientos a través de esta red.
Aunque en realidad se trata tan sólo de modificar un desplegable dentro de los datos personales que exige la página -y en el que aparecen distintos estados sentimentales que van desde el ‘comprometido’ hasta el utilísimo ‘it’s complicated’ (es complicado)- la práctica adquiere su valor si se tiene en cuenta que muy pocos estudiantes universitarios o de secundaria son ajenos a Facebook. Aunque hoy está extendida por todo el mundo, la página nació por y para ellos.
Además, para anunciar públicamente una relación es necesario que los dos miembros estén de acuerdo en los términos y los detalles. De hecho, uno de los ejercicios más habituales en esta red social es curiosear entre el historial sentimental de los contactos. En España, donde el ‘boom Facebook’ ha comenzado este otoño, hemos visto cómo personas que hace apenas unos meses ni siquiera publicaban su fotografía en la Red anuncian hoy sin pudor cuál es su pareja actual, con quiénes salieron en el pasado y si su relación ‘it’s complicated’ o no. Husmear en el Facebook de alguien en quien se está interesado también es una forma sencilla de saber si está disponible o no.
Kenen cita a Dave Berkman, consejero de salud mental en la clínica de la Universidad de Wisconsin, que explica que algunos estudiantes se sienten impulsados a definirse a sí mismos en Facebook, o a actualizar su estatus de forma compulsiva una y otra vez. «La gente está empezando a utilizarlo más que los teléfonos, más que los mensajes de texto, más que la mensajería instantánea, incluso más que hablar en persona», cuenta Berkman. «Acelera las cosas. La gente tiende a definir dónde está, para poder mostrárselo a otros».
Personas que hace unos meses ni siquiera publicaban su fotografía anuncian hoy cuál es su pareja actual, con quiénes salieron y si su relación ‘it’s complicated’ o no
Y es que, como explicaba hace unos días Juan Freire en un post de Piel Digital «los procedimientos diseñados para el establecimiento de contactos en una red social son demasiado explícitos y obligan a los usuarios a ser poco sutiles en sus intenciones. Por ejemplo, nos obligan a rechazar a un ‘amigo’ no deseado, o a tener que dar de baja una relación tras comprobar que no me interesaba. La vida real permite tomar estas mismas decisiones sin comunicárselas de modo explícito a nuestros interlocutores».

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