Por tu tiempo y consejos,
por el silencio generoso
cuando nada había que decir.
Por tu austera compañía, también.
Porque tu vida fue mi ejemplo,
y hasta por diferentes caminos
una estela que seguir.
Por tu sutil perseverancia, sincera.
Por tu esfuerzo incansable
que siempre supo ayudarme
sin que lo tuviera que pedir.
Gracias querido padre, por haber estado ahí.
Fuente: www.poemaspensamientosyproverbios.com
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